EL 70% DE LOS NEGOCIOS ONLINE NO ESTAN PREPARADOS PARA LA PSD2 DIRECTIVA DE MEDIOS DE PAGOS

Desconocimiento y falta de una estrategia para minimizar el impacto que tendrá la nueva Directiva de Medios de Pago (PSD2) es el resultado del estudio sobre Medios de Pagos y Fraude Online presentado por la Asociación Española de la Economía Digital (Adigital). El estudio confirma que las empresas encuestadas no conocen las novedades que introduce esta normativa y siguen sin comprender las implicaciones de la citada directiva. Adigital es la Asociación Española de la Economía Digital, formada por más de 550 asociados. Tiene como objetivo promover y apoyar la economía digital en España en sus diferentes aspectos, como son el desarrollo de los servicios de la sociedad de la información. A este respecto hay que hablar el comercio electrónico, marketing y comunicación digital, las aplicaciones móviles, los contenidos digitales, la publicidad digital y otras actividades conexas como son los servicios de contact center, agencias y redes de publicidad, logística o medios de pago. Sobre este informe sobre Medios de Pagos, cabe indicar que los medios de pago son uno de los factores más estratégicos del comercio electrónico; de ellos depende en buena medida que el consumidor finalice o no un proceso de compra. Por ello es fundamental que los ecommerce españoles se mantengan actualizado en materia regulatoria. Pero también desde el punto de vista tecnológico: quedarse al margen de las últimas novedades y tendencias los puede situar en una clara situación de desventaja competitiva.

¿Como prefieren pagar los consumidores?

Los pagos con tarjeta, las transferencias y PayPal continúan en las primeras posiciones tanto entre los medios de pago ofrecidos por las empresas (92%, 72% y 68%, respectivamente) como por transacciones (41%, 22%, 13%), pero se observa la evolución de otros sistemas que no existían hace unos años. Es el caso del pago mediante wallet, que crece un 7% entre los métodos de pago ofrecidos por las empresas encuestadas y representa un 1,20% de las transacciones frente al 0,36% de 2018. Mientras, descienden los pagos contrarrembolso -con una caída del 36%- y las tarjetas de prepago. Entre las razones que más pesan para cambiar de medio de pago destacan: el aumento de la tasa de conversión (81%), ofrecer un mejor servicio (60%) y la adaptación al móvil (60%). No en vano, los pagos móviles continúan su tendencia ascendente aumentando este año hasta representar el 33% de la facturación de las empresas encuestadas. Todo ello, sin olvidar el camino que queda por recorrer en materia de inteligencia artificial, biometría o blockchain que abren nuevas perspectivas no solo a nivel de experiencia de usuario (pagos invisibles, rápidos, sin fricción), sino especialmente para aumentar la seguridad en las transacciones. Un dato importante es que el 62% de las empresas encuestadas dispone de un equipo dedicado a gestionar los pagos y el fraude, lo que da clara muestra de la importancia cada vez mayor que adquiere dentro de ellas. También aumenta en un 35% el porcentaje de empresas que utilizan un sistema de gestión de fraude, destacando el aumento en el uso de pantallas de fraude y desarrollos propios, aunque el ranking de los sistemas más usados lo lideran 3D Secure o CES y CVV.

Falta de adaptación normativa

La recomendación en la que han coincidido los expertos que han pasado por innoPayments ha sido estar preparados, monitorizar constantemente los procesos de pago, así como el grado de adaptación normativo de la empresa y no esperar a que el fraude llame a la puerta para comenzar a gestionarlo. La directiva entró en vigor el pasado 14, pero la falta de preparación en el conjunto de los agentes implicados en la cadena hizo que la Autoridad Bancaria Europea (EBA por sus siglas en inglés) y los supervisores nacionales concedieron un tiempo adicional -todavía pendiente de acotar- para la adaptación. Los requisitos de dicha normativa europea se exigirán cuando se aplique plenamente dos elementos de seguridad diferentes, a elegir entre algo que se sabe (por ejemplo, el pin), algo que se tiene (la tarjeta) y algo que se es (huella digital) y será necesaria tanto para hacer pagos por internet como en comercios físicos, según la fuente. Si se hubiera aplicado plenamente en esas fechas, habría habido una caída «muy grande» de las ventas por un aumento del rechazo de las operaciones, pero «lo peor» hubiera sido la pérdida de confianza en el comercio electrónico. Las cifras que maneja el sector sitúan la caída de la conversión (cuando una venta online decae en el momento del pago) habitualmente entre un 20 y un 25 % y este porcentaje subirá en los primeros momentos cuando se aplique plenamente la Directiva.